Una nueva tendencia dentro del interiorismo es crear espacios monocromáticos. El uso de un color protagonista te puede ayudar tanto a definir un espacio como a acentuarlo. Así, un espacio aburrido puede convertirse en otro con mucha personalidad. Juega con el color para crear una gama de matices con diferentes tonos.

Por ejemplo, un espacio azul monocromático puede contener tonos como el cobalto, añil o azul acero. En un espacio en verde podemos jugar con el esmeralda, el oliva o el verde menta. El verde petróleo es tendencia en mobiliario de cocina. El monocromo no significa monótono, y es que puedes pensar que, usando un solo color, el espacio puede quedar aburrido o sin gracia. Pero si combinamos bien los matices del mismo color, crearemos un espacio sofisticado. Es un recurso muy económico para modificar un espacio sin grandes cambios o remodelaciones. Con la pintura se puede cambiar por completo la percepción y el estilo de un ambiente, añadiendo o quitando profundidad o luminosidad. También sirve para marcar divisiones entre distintos espacios o unificarlos y, por supuesto, para disimular irregularidades. Los espacios más recomendados de la casa para aplicar un único color son los dormitorios, para mejorar el descanso nocturno, y el cuarto de baño para sentirte como en un spa. La utilización de un único color en puertas, rodapiés, frentes de armarios, baldas, molduras y mobiliario crea, automáticamente, un espacio simple, armónico y más amplio visualmente. El rosa millennial es un tono suave y cálido que se lleva este año 2018.

Puedes usarlo también en tapicería para sofás y butacas. Lo sencillo y lo simple es casi siempre lo más sofisticado. Además, un solo color hace más fácil la decoración. Otro apunte: el amarillo piña es el color de este año para complementos y accesorios. Centrándonos en un solo color y sus matices tendremos un gran elemento unificador desde el principio y el espacio respirará coherencia. Todo funcionará en conjunto y las decisiones a tomar serán más sencillas. Aunque a priori puede parecer una opción demasiado restrictiva, no es así. Al limitar la paleta de colores para el fondo del espacio, tenemos libertad para experimentar mezclando otros patrones y texturas. Puedes aportar profundidad al espacio, ya que un interior monocromo no tiene por qué ser un interior plano si se trabaja bien el uso del color y la iluminación. Se puede utilizar la variación tonal para dar profundidad al espacio, mezclando sombras más oscuras o más claras, pero sin incluir excesivos tonos. Para simplificar, se comienza con un solo color, el color base, y se crea una paleta mediante sus derivados, con variantes más claras y más oscuras como opciones secundarias. Os muestro en varias fotografías algunos resultados brillantes utilizando esta técnica. Os animo a probarla, y si no os atrevéis siempre podéis contar con un profesional para que os asesore.